22 de diciembre de 2024

Lista de deseos

Deseo compartir el tiempo y tener muchas historias aún por escuchar; deseo que aprendamos nuevos modos de conjugar el verbo amar; deseo emocionarme otra vez con esa canción de Pearl Jam; deseo que disfrutemos como si fuéramos niños en una fiesta de San Juan; deseo ser un buen recuerdo para aquellos que no veo ya; deseo que construyamos un refugio que la intemperie no pueda alcanzar. Deseo que elegir no signifique sacrificar. Deseo que no perdamos nunca la estrella de Navidad; deseo que se nos dibuje al vernos una sonrisa de verdad; deseo que sean buenas las noticias que nos demos, deseo que rompamos las listas y liberemos los deseos.

Eso os deseo.

Feliz 2025

17 de enero de 2021

Última noche (Recuerdos del mundo de ayer, 1)

De la fotografía: © Franck Bohbot.
Un día de finales de junio di con una lista inacabada de restaurantes neoyorquinos que habían cerrado a causa de la pandemia. Empecé a ojearla y no tardé en detectar dos nombres que me resultaban familiares: eran los de los locales donde pasamos nuestra última noche allí, hace tres años.

10 de enero de 2021

Guastavino y Guastavino

De la ilustración: © Carmen M. Cáceres, Vida de Guastavino y Guastavino, collage digital.
¿Es toda biografía inevitablemente una ficción? Quizá sí, siempre que no confundamos la historia con la ciencia y la ficción con la fantasía. La biografía nos proporciona un espejo, quizá una ventana, para confrontar nuestra identidad y nuestra finitud; la ficción nos transmite verdades esenciales, aunque no estrictamente factuales; y ambas poseen la capacidad de sorprendernos, de “contar como si fuera la primera vez algo que parecía que ya había agotado su capacidad para ser dicho”, como escribió Rafael Chirbes. Cuando son artes de la memoria, la biografía y la ficción comparten además el mismo objetivo: presentar una realidad ausente, ya sea imaginada o desaparecida, y actuar de mensajeras entre el recuerdo y el deseo.

El tiempo regalado


En el año que dejamos, hemos tenido mucho tiempo para pensar sobre el tiempo: sobre las formas que le damos, las figuras en que se encarna, las liturgias que lo escanden y su carencia. El tiempo del confinamiento, homogéneo e informe, sin efemérides ni días fastos, al margen casi del calendario, ha sido un tiempo espeso, incluso plomizo, que sin embargo no ha cristalizado en experiencias o expectativas igualmente densas, porque no hemos podido moldear el magma en que se ha convertido.

22 de noviembre de 2020

El último comienzo

La historia se descompone en imágenes, no en historias.
Walter Benjamin
Siempre, ante la imagen, estamos ante el tiempo.
Georges Didi-Huberman
Llega un momento en que la conciencia del paso del tiempo se acrecienta con la evidencia de la desaparición: de los maestros, los familiares, los amigos, e incluso de un mundo; un momento en que ni la mente ni el cuerpo pueden alcanzar lo que ven alejarse sin remedio, “como un buque que va deslizándose por el borde del muelle”. Hallándose en tal circunstancia, el narrador de la falsa autobiografía de Félix de Azúa hace inventario de recuerdos, de las imágenes que guarda, sin las cuales “el tiempo se haría invisible y podría recorrerse todo él en un guiño”. Busca especialmente las imágenes de su entrada en la edad de la razón, aquellas que responden a la pregunta: ¿cómo empecé a saber lo que sé? Es su gesto iniciático ante la muerte; el último comienzo.

2 de julio de 2020

Luz en la edad oscura (Cuaderno de cuarentena, y 6)

Miles de kilómetros de tuberías en el interior del centro de datos del condado de Douglas (Georgia).
Fuente: Centros de datos de Google.

Ahora que todavía estamos acostumbrándonos a salir de casa con cierta normalidad, aunque nos pesen las mascarillas, nos abrume el sol y no entendamos muy bien algunas prisas por recuperar rutinas que se han revelado contingentes, pongo fin a este cuaderno de cuarentena con el comentario de una lectura reciente que dibuja algunos trazos del mundo en el que tendremos que vivir y resistir: La nueva edad oscura de James Bridle.