De la ilustración: © Marc Pallarès. |
25 de abril de 2020
Los recuerdos en polvo (Cuaderno de cuarentena, 5)
9 de abril de 2020
Música y letras (Cuaderno de cuarentena, 4)
Estas noches, en las que se nos recomienda dormir un poco menos, son un buen momento para saldar cuentas con lecturas pendientes, como estos dos libros que comparten amor por la música, editorial, traductor, estantería en casa y no pocas afinidades electivas: la primera novela de la escritora californiana Mo Daviau, Lena y Karl, y las memorias del crítico musical bostoniano Rob Sheffield, Vives en las cintas que me grabaste.
30 de marzo de 2020
Regreso a la caverna (Cuaderno de cuarentena, 3)
Por razones que serán obvias, estos días me he acordado de la relectura que hizo Hans Blumenberg del mito de la caverna, que descubrí hace algo más de quince años. En el relato tradicional, como puede verse en la ilustración, unos prisioneros están encadenados en una cueva y solo pueden ver, gracias a la luz de una hoguera, las sombras que proyectan sobre la pared unos personajes que se mueven tras ellos al otro lado de un muro. Como es lógico, toman esas sombras por la realidad. Sócrates nos conmina a imaginar que uno de los prisioneros logra desencadenarse y trepar hasta la salida. La ascensión ya será dura, pero lo será aún más adaptar la vista a la claridad tras tanto tiempo en penumbra. Sin embargo, al cabo el antiguo prisionero se aclimatará al exterior y a la luz solar, metáfora del conocimiento. Entonces querrá volver a la caverna para contar lo que ha aprendido y liberar a los prisioneros. ¿Cómo reaccionarán estos al verlo? Probablemente, se reirán de su recién adquirida ceguera en la oscuridad e incluso, si no deja de insistir en que escapen, tratarán de darle muerte.
19 de marzo de 2020
Das bunte Leben (Cuaderno de cuarentena, 2)
Vasili Kandinski, Kochel — Gerade Straße, 1909. |
17 de marzo de 2020
Exilio en Straus Park (Cuaderno de cuarentena, 1)
Jorge R. Pombo, “Paris/New York”, © 2013. |
En estos días de encierro, descubro en la New York Review of Books algunos clásicos de su archivo. Me sumerjo en un texto que escribió André Aciman en diciembre de 1997, diez años antes de publicar Llámame por tu nombre. Una anécdota, el vallado y la posible destrucción de un pequeño parque neoyorquino, da pie a una bellísima reflexión sobre la condición del exiliado y la ciudad como espejo del mundo de una vida.
8 de marzo de 2020
New York State of Mind
Franck Bohbot, “The Bay”, Queens, Light on New York City, © 2016. |
30 de enero de 2020
Seventeen
Sharon Van Etten (Nueva Jersey, 1981) vive en Nueva York desde hace quince años. Tiempo suficiente para percibir las transformaciones de la ciudad y hacer recuento de mudanzas: los barrios remozados de los que tantos han huido por el coste inasumible de la vida, las calles antaño transitadas que ya apenas oyen sus pisadas, los locales que entonces frecuentó y hoy han cerrado, las costumbres y amistades ganadas, perdidas y recobradas; y las generaciones más jóvenes que crecen de espaldas al dorso del tiempo, como si nada anterior hubiera sucedido.
31 de diciembre de 2019
El latido
De pie en el umbral de la puerta, entre dos años como centauros del tiempo. A punto para dejar el lugar desde donde sentimos y explorar la anchura del mundo, la naturaleza del alba, la intensidad de la vida.
31 de diciembre de 2018
Na(ti)vidad
Y recuerdas aquella canción de hace cincuenta mayos, esa voz que cantaba que la primavera en revuelta —donde se entrecruzaron la palabra y las prisas, la lucha y los sueños, la ceniza y las llamas— concernía a todos y cada uno, aunque no hubieran compartido el deseo, salido a la calle, coreado consignas o buscado la playa bajo los adoquines que soñaban incorporarse en barricadas.
26 de octubre de 2018
La bufanda roja
En 1964, un texto, un poema. Y, en él, un sobre vacío, una dirección y un nombre, un tren hacia Toulouse, una gran casa y una muchacha, y un recuerdo, o todavía su sombra, que emerge desde el fondo de la memoria de un hombre ya viejo, “como el negativo de una fotografía en blanco y negro”, o una mala imagen sobreexpuesta, en la que sin embargo se distingue una bufanda roja. La percepción de ese color ahí donde no parecía que pudiera haber nada, “en la espesura del blanco y negro”, es el primer misterio. Pero el poema queda inconcluso, guardado en una carpeta junto con “una larga cadena de intentos y de abandonos”, como “lo incesantemente interrumpido, lo inacabable”.
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