Richard Estes, “Subway Entrance, Columbus Circle”, © 2015. |
Para mí, Nueva York no es una ciudad en blanco y negro, sino con los colores cálidos, el acusado contraste y el ligero tostado de un septiembre estival. No son tonos que se dejen fijar siempre en las fotografías, pero impregnan el trasfondo de la retina. Y, aunque todavía late el recuerdo de George Gershwin o Duke Ellington, su cadencia me evocó sonidos como “Dirty Boulevard” de Lou Reed, “Lonely Boy” de los Black Keys, “New York, New York” de Ryan Adams o “Hungry Heart” de Bruce Springsteen. Nueva York se mueve a ritmo de rock y de blues, quizá incluso de hip-hop.